REFLEXIÓN BREVE SOBRE FINAL DE VIDA Y SUFRIMIENTO – Junio 2021
Morir es un instante, lo terrible sería no vivir dignamente hasta ese instante.
Es evidente que el sufrimiento acompaña al hombre en su vida y al final de esta aún está más presente porque se unen las pérdidas, los duelos, las despedidas…se acumulan experiencias muy dolorosas y complejas que aúnan el momento vital de la propia vida y la historia vivida hasta ese momento.
Se puede afirmar que El final de la vida nos hace releer nuestra historia vital y nuestra influencia en la historia de los que nos rodean; una ocasión que debería ser culminante para intentar dar sentido a lo vivido y a lo poco que nos queda por vivir.
Hay que despertar las conciencias de esta experiencia. Abrir la mente y el corazón a lo que experimenta un enfermo en esas circunstancias y volcarse acompañándolo e intentando consolarle, aliviar su dolor.
El alivio “TOTAL” del sufrimiento no es posible. Existe, y afirmarlo no trata de justificar su existencia y no hacer nada más, sino pretende entenderlo y aliviarlo. Algo opuesto a eliminar a la persona que se agota, que se duele, que sufre, que se acaba. No es digno creer que se le alivia escondiéndonos en nuestras conciencias y no enfrentándose a él.
El alivio del sufrimiento es complejo y la respuesta no es única, el inicio de ese alivio empieza por la toma de conciencia del sufrimiento del otro, utilizando todos los recursos a nuestro alcance para dar respuesta y acompañar.
Los avances médicos y sociales ha hecho posible cambiar la historia natural de la enfermedad dando días a la vida, pero cuando se ha llegado al límite lo que hemos de plantear es como dar VIDA a los días.
Mª Carmen Ortega, paliativista
Nuria Cárdenas, oncóloga médica
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